En la coyuntura actual tenemos la oportunidad de tomar mejores decisiones respecto a situaciones simple de nuestras vidas, así como aquellas que tienen un impacto profundo, y esto es así gracias al alto despliegue en todo nivel que ha alcanzado la tecnología en nuestro mundo, desde poder comprar en línea el mejor producto al mejor precio y recibirlo en nuestras casas hasta conocer al detalle los beneficios de estudiar en una universidad u otra sin dejar nuestro sofá y el computador.

Esto es igual de cierto para las empresas como lo es para las personas, las empresas toman cientos o miles de decisiones en la operatividad del día a día, decisiones que pueden cambiar los resultados al final del día, así como toman decisiones estratégicas que pueden afectar la buena salud de las mismas.

Para las empresas el primer paso es conocer que existe un sinfín de decisiones que toman día a día tanto operativas como estratégicas y que esas decisiones pueden ser optimizadas en base a datos que ya existen en ellas y no los están usando.

El siguiente paso es entender el estado de madurez que tienen en el uso de datos para tomar decisiones, algo que no es otra cosa que inventariar que procesos existen en tu empresa y como las personas involucradas basan sus acciones en el uso de datos que los respalden. Este entendimiento de la madurez aplica tanto para grandes empresas como para medianas y pequeñas.

Lo importante en este punto es dimensionar cuanto nuestras empresas pueden mejorar en eficiencia y lo que esto puede representar en rentabilidad, fidelización y captura de nuevos clientes. Hoy en día los presupuestos de inversión en proyectos que potencialice mis resultados no son los de antes, cuando todo se debía comprar, hoy en día basta con arrendar la tecnología en base al usó y esto hace que cualquier proyecto sea posible, hoy en día debemos enfocarnos en conocer cuál es el camino y como debo recorrerlo.

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